¿Educación Formal o Educación Especial?

En mis tiempos, cuando comencé la búsqueda de una alternativa educacional para Vicente, la visión del equipo médico tratante era buscar un Colegio con cupo de integración. De hecho, se me prohibió categóricamente el Colegio especial.

La razón fue que Vicente, tenía muchas reglas sociales que aprender, tenía que visualizar en el día a día cómo se comporta un niño de su edad, para trabajar con la imitación, cosas que yo no le podía entregar en casa. El Fonoaudiólogo que lo atendía en esos años me dijo “Da lo mismo si en el colegio no aprende ningún contenido. Siempre le puedes pagar una profesora en la casa para eso. Pero necesita convivir el día a día con niños normales. Mantenlo en Colegio regular todo lo que puedas, da igual si va solo a mirar en la sala como aprenden los demás”.

Eso hice. Pero como ningún Colegio con integración tenía capacidad y capacitación para manejar las esterotipias propias del Autismo, los gritos, las risas, la impulsividad y la parte oscura (las crisis), era esencial que fuera acompañado de una tutora educacional (financiada por mí) que viera esa parte.

Y así lo hicimos. Y la función de la tutora fue mucho más allá del mero control en la sala de clases. Ella participaba de las adecuaciones curriculares y del trabajo en sala. En eso fue fundamental, como apoyo a la tutora y al Colegio, nuestra querida Pauli, la profe que trabajó 9 años en la casa con Vicente, una hora diaria, todos los días.

Y así pasaron años en que avanzamos, nos detuvimos y retrocedimos. El resultado fue finalmente positivo, más por las ganas que prácticamente todos los intervinientes pusieron en esto, que gracias coordinación o en la buena dirección de este equipo de trabajo. Logramos en conjunto muchos avances.

Y ocurrió que Vicente se acercaba a Octavo Básico, (El Colegio Albert Einstein llegaba hasta ese curso) y había que tomar decisiones. Como cuento en otro post, decidimos ingresarlo a un Colegio especial, porque le temíamos al Bullyng que lógicamente se iba a generar en la educación media, porque la tutora no podía continuar en este sistema, y Vicente no estaba preparado para enfrentarse solo a este desafío tan violento. Y pensamos que en Colegio especial se iba a divertir, iba a entretenerse y desarrollar algunas habilidades básicas, y nosotros en casa continuaríamos con su profesora todos los días.

No teníamos idea.

Nunca pensamos que Vicente pudiera avanzar tanto, en tan poco tiempo, gracias a la educación especial.

Vicente va a comenzar su tercer año en el Colegio Especial de María. Y en dos años, sus avances han sido maravillosos. No hay que dejar de lado los esfuerzos efectuados por nosotros, su sicóloga, su profesora en casa, su neurólogo. Pero el Colegio, y sus compañeros han logrado que avancemos a saltos en lugar de a pasitos.

Y como es difícil resumir 2 años de experiencia en una líneas, como buena abogado hare un listado:

1.- Aumentó su autoestima. En este curso no es el único “especial” o “diferente”. Todos son especiales y únicos. Todos se apoyan, se celebran los logros, son cariñosos con esa sinceridad sin dobleces que es raro encontrar en nuestro mundo de “normales”.

2.- Hizo amigos. Por primera vez. Se interesa por ellos, se alegra de verlos, intenta verbalizar y contarnos en casa cosas de ellos.

3.- Se abrió a nuevas experiencias sociales. Se lo ha estimulado a actuar en escenario, disfrazarse, representar a otros, cantar, asistir a cumpleaños, bailar….. todas cosas que no hacía y que hoy hace con alegría.

4.- Se ha entusiasmado con aprender en los talleres laborales, (cocina, masajes, agrícola etc). Y ha aprendido a asumir responsabilidades domésticas en la casa y en el colegio.

5.- Aprendió a disfrutar de la sorpresa. En este colegio las rutinas son mucho más flexibles, y hoy él se entusiasma con los cambios de la rutina, (lo que para cualquier persona dentro del espectro es casi un cataclismo)…. Este es un avance importante, y tremendamente necesario para que su vida sea más plena. Porque la vida está hecha de sorpresas….

Todo esto ha redundado, en un mejor lenguaje, menos crisis, más conexión con el día a día, mejores interacciones sociales, mejor tolerancia a la frustración…los beneficios han sido muchos.

Y nosotros…. Nos hemos sorprendido con un espacio (la comunidad escolar del Colegio de María) en donde nos entienden y nos apoyan. Después de caminar tan solos tanto tiempo, encontramos un lugar en donde cada reunión de apoderados te deja la calidez de un abrazo, donde solo hay cariño para tu hijo y toda la familia, donde todos comparten tu alegría ante los avances…. Donde no hay que competir, donde no hay que vivir en torno al estrés. Donde te enseñan a disfrutar de lo maravillosamente perfecto que es tu hijo.

Creo que cada niño es distinto, y cada caso amerita alternativas diferentes. Lamentablemente las alternativas son pocas. Pero en mi experiencia, es cosa de buscar. No siempre el camino marcado como exitoso es la clave del éxito. A veces los caminos alternativos te acercan más a la meta.