¿Educación Inclusiva?. Parte 1
Una de las grandes dificultades que pasan los padres de un pequeño con autismo es encontrar una alternativa educacional que potencie y colabore con el desarrollo de su hijo. Los desafío a hacer la siguiente pregunta a cualquier padre o madre de un niño (a) con Autismo que conozcan: “¿qué colegio elegiste para tu hijo?”. Mi apuesta es, que la respuesta más probable (luego de una sonora carcajada) será: “ Donde me lo quisieron recibir”.
Cada niño es un mundo distinto y su desarrollo con el autismo puede ser muy diverso caso a caso. Voy a contar mi historia, y les vuelvo a apostar que van a surgir muchas historias similares.
Cuando yo comencé mi búsqueda tenía una opción en Santiago de un Colegio de Aspaut (Asociación de Padres y Amigos de los Autistas) en San Miguel , que solo recibe a niños del espectro. Cupos inmensamente limitados e implicaban vivir en Santiago. Las otras opciones eran Colegio Especial, (ninguno tenía especialización en Autismo), Colegios particulares o escuelas públicas que contaran con proyecto de integración.
Siguiendo las recomendaciones de Neurólogo y Fonoaudiólogo Santiaguino, y aprovechando la circunstancia de que la Directora de la escuela de Lenguaje en que estaba cursando Kinder Vicente, comprometida con mi caso había gestionado personalmente el ingreso de Vicente a un muy renombrado Colegio Particular subvencionado con proyecto de integración de Curicó, optamos por esa alternativa, ingresando Vicente el año 2004 a repetir Kinder a tal colegio.
La experiencia fue desastrosa. El proyecto de integración del colegio estaba diseñado para retraso intelectual. Las dinámicas de enseñanza no funcionaban con él. Vicente pasó ese año jugando solo en el patio, no resistía más de 10 minutos en sala. Al final de año, me pasaron una cuenta de más de un millón de pesos en supuestos destrozos que mi hijo habría hecho al deambular solo por el establecimiento. Recuerdo que hubo que reponer 7 microscopios que supuestamente Vicente habría destrozado al ingresar 5 minutos al laboratorio. (nadie asumió la responsabilidad de permitir que un niño entre solo a un laboratorio, por supuesto todo era culpa del niño)
Sabiendo que Vicente rara vez rompía cosas en casa, pero con pánico que lo expulsaran, pagamos y accedimos a todos los requisitos que nos pidieron como condición para renovar matrícula. Mirando atrás siento que me dejé humillar en demasía, dejé que trataran a mi hijo como una escoria, pero el miedo a no tener donde llevarlo era más fuerte.
Ingresó el año 2005 a Primero básico, acompañado todo el tiempo por una tutora educacional financiada por nosotros. (para evitar que deambulara solo por el Colegio). La tutora me decía que el colegio se había desentendido totalmente del Vicente, no hacían ningún esfuerzo por hacer adecuación curricular, pasaban fuera de la sala (les habilitaron una oficinita, como gran aporte “integrativo”), en donde la tutora inventaba por su cuenta actividades para hacer. Los profesores no lo toleraban dentro de la sala de clases. Cuando contaba esto al neurólogo y fonoaudiólogo, me decían que aguantara porque era la mejor alternativa, aunque no aprendiera nada en la sala de clases, el contacto con niños sin el espectro, era positivo para su aprendizaje social. Aunque fuera solo que Vicente observara jugar a los niños en los recreos.
Desde el año anterior, que a diario una profesora iba a la casa a hacerle clases todos los días a Vicente. Gracias a ella y a las instrucciones que le daba a la tutora, esos años no fueron perdidos, ya que gracias al esfuerzo y compromiso de ambas, Vicente hizo algunos avances cognitivos.
El trato que recibimos en ese Colegio fue horrendo. Cada reunión a la que asistía, era una crítica constante a las nulas capacidades de mi hijo, a lo problemático y disfuncional que era, a lo mucho que entorpecía la convivencia escolar, y peor aún, un recordatorio constante de lo sacrificados que eran como sostenedores y dirección del Colegio, al recibir un niño tan limitado como mi hijo, y lo agradecidos que debiéramos estar de ello. Me hablaban de reclamos de apoderados, que les molestaba que sus hijos convivieran con el mío, aunque eso no me consta ya que los apoderados siempre fueron muy amables conmigo. Ni siquiera hacían el esfuerzo de incluirlo en algún acto o actividad, era apartado de toda la vida escolar. Solo les interesaba la subvención y el copago que por él recibían. Y victimizados, como ya estábamos, convencidos que no merecíamos nada mejor, y que había que agradecer la caridad recibida, aguantamos un año más.
La última semana de Noviembre de 2006, cuando voy a recibir el informe final, me entero que tiene matrícula cancelada. Con un informe sicopedagógico horroroso, que describía a Vicente como un ente involutivo sin reconocer ningún avance y describiendo un niño mucho más complejo, firmado por una profesional que yo no conocía, ni tampoco mi hijo (ahí me enteré que la psicopedagoga del colegio, que llevaba 3 años a cargo del proyecto de integración, no tenía título, y por eso le firmaba una profesional de Santiago, pero yo “no me tenía que preocupar de eso porque era solo un detalle técnico para no complicarse con la Provincial de educación”)…… Dicho informe lo derivaba a escuela especial, indicando que “el alumno no tiene opción alguna de aprendizaje de lecto escritura, matemáticas y otras áreas”. Curiosamente con la profesora de casa Vicente ya sumaba y reconocía todas las letras y estaba empezando a juntarlas.
Me quedé, a fin de año, sin colegio, con mal informe, con los profesionales de Santiago (desde la comodidad de sus consultas) insistiéndome en que no lo llevara a Colegio Especial que tenía que buscar y encontrar un colegio integrado….. Fue horrible, visitamos decenas de Colegios, lo rechazaban en todas partes, llegó un momento en que me sentaba frente a una directora de un establecimiento, y antes de saludar ya me ponía a llorar. Fue mi marido quien dio con el Colegio Albert Einstein donde me lo recibieron a repetir el segundo básico el año 2007. Y comenzamos una nueva etapa en nuestras vidas.
Continuaré la historia en un próximo posteo.
