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BÚSQUEDA DE LA CURA DEL AUTISMO


Frente la palabra Autismo es normal buscar la cura a la enfermedad o al síndrome. Lleva un tiempo hacerse la idea de que el Autismo no es una enfermedad y por ende no se cura. Es una forma distinta de ser, una configuración cerebral diversa. Son tus archivos en formato Mac insertos en un pc con Windows.

Pero ustedes deben haber escuchado muchas veces que científicos alemanes, estadounidenses, o hindúes han descubierto la cura del autismo. Existe la quimioterapia con clorito de sodio, la quelación, la biodieta, eliminar la intoxicación con mercurio o metales pesados, la hormona que modifica la actividad neuronal etc. También existen algunos tratamientos con música clásica, hipnosis, equino terapia, y delfinoterapia que prometen o garantizan cura. Todos estos tratamientos médicos y no médicos, tienen altísima difusión y existen muchos defensores de éstos que aseguran que sus hijos se sanaron del autismo gracias a ellos.

No quiero decir a priori que estos tratamientos no sirven. De hecho, hay muchos trastornos metabólicos que generan rasgos similares al autismo y eliminar ciertos alimentos de la dieta ciertamente resuelven el problema. Hay personas que han visto notablemente mejorada su calidad de vida con la biodieta o la quelacion. Y algunos medicamentos claramente resuelven algunas conductas. Pero para la gran mayoría de los casos, no existe cura. Y estos tratamientos pueden ser útiles, junto con las clásicas terapias, y mucho apoyo familiar, sólo para efectos de mejorar la inserción social de la persona con autismo, eliminar conductas disruptivas o disfuncionales, y en definitiva mejorar la comunicación el lenguaje, el aprendizaje, la observancia de reglas de trato social etc. Pero no curan. Ayudan.

En nuestro caso, probamos muchas cosas. Respecto a la biodieta, (tema delicado ya que tiene muchos defensores y que durante mucho tiempo monopolizó a los medios de comunicación como única vía de tratamiento del autismo); con el papá de Vicente, cuando este tenía 8 años, acordamos llevarlo con la Doctora más top de aquellos tiempos en biodieta. Tuvimos varias consultas con ella e hicimos todos los exámenes que ella solicitó. Algunos en la clínica Alemana y otros en laboratorios extranjeros. Los resultados fueron normales. Totalmente normales. No apareció intoxicación por mercurio ni metales pesados, no apareció trastorno metabólico, no apareció nada. Como Vicente no tenía nada, concluimos que no había nada que desintoxicar y por eso optamos por no hacer la dieta.

Estábamos acostumbrados a ese resultado. Desde que Vicente tenía dos años que nos pasábamos entre scanners, resonancias, electroencefalogramas, test metabólicos de orina y sangre y mil otros más y todos normales. El estudio genético completo lo hicimos cuando Vicente tenía 7 años y también es normal. De acuerdo a sus exámenes Vicente es totalmente normal. Pero resulta que es diferente.

Probamos con el método Tomatis (Mozart terapia), y resultó. Tuvo efectos positivos en la hiperactividad y control de impulsos. La equino terapia ayudo al cumplimiento de instrucciones. Pero los avances reales de Vicente se deben en un 90 % a un buen control neurológico, mucha terapia sicológica, sicopedagoga, terapia ocupacional y fonoaudiologica , la profesora en la casa todos los días, colegio integrado con tutora educacional; mucha coordinación entre todos estos profesionales, y mucho apoyo familiar. En mi caso, esa fue la receta del éxito. Lenta, engorrosa y cara. Pero logramos objetivos al fin.

Todas las otras terapias alternativas que probamos fueron un desastre, ( imanes, flores de Bach, hipnosis y otras que prefiero ni contar, porque me avergüenza que sepan en las leseras que tuve fe)

También nos tocó vivir la obsesión de descubrir la causa del autismo, y saber si el origen del autismo en el caso de Vicente era genético, gestacional, o ambiental. Con Vinko, el papa de Vicente, hicimos revista recíproca de todos los parientes raros que veíamos en la familia del otro para justificar la herencia. Tratamos de adherir a la teoría de las vacunas pero el mineralograma de pelo indico que no había niveles altos de mercurio. Y así, mil teorías, ninguna concluyente.

Vicente tiene hoy 17 años y 8 meses. Y todavía no tenemos idea de cuál es la causa de su Autismo. Estamos en la misma situación en cuanto a conocer la causa que hace 15 años. Con una gran diferencia. Hace mucho tiempo que nos dejó de importar. Hace años que investigar la razón por la cual mi hijo es como es, dejó de ser una preocupación.

En su momento fue importante. Sentíamos que conocer el origen era la clave para la cura. Además que Vinko quería tener más hijos y Francisco y yo también estábamos evaluando ampliar la familia. Por lo que era determinante saber si la genética con autismo venía de mi, o de Vinko, que hacer o no hacer en un futuro embarazo, como alimentar a mi futuro hijo, ponerle o no vacunas.... Pero las respuestas no llegaron, y los niños llegaron igual a ambas familias y todo resulto bien.

Y como aceptamos hace años el autismo en nuestras vidas y ya no luchamos contra él, sino que aprendimos a convivir, ya no nos importa la causa, porque ya no necesitamos la cura. Y siento que le ganamos al Autismo. Le quitamos el control de nuestras vidas y lo invitamos a formar parte de la familia.

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